La conciencia del presente me llevó a la conciencia de la libertad. Esta frase, que no dice nada nuevo, me llevó 20 años entenderla, comprenderla de verdad, es decir vivirla.
Recientemente escuché una definición de la meditación que se acopló con mis creencias y fue esto lo que entendí: la meditación es el estado consciente de tu ser, es saber como te sientes, como está tu cuerpo, ver al pensamiento como se forma, como atraviesa tu mente y como se va. Es ver y contemplar lo que pasa en tu cuerpo, lo que te rodea, es saber a qué huele el instante, a qué sabe el momento.
Entendí que la respuesta no está en la definición sino en lo que te hace entender aquello que has leído una y mil veces, es un estado del ser, una disposición a comprender lo que está ocurriendo.
Y esta comprensión me llevó a una comprensión mayor: qué es la libertad. Este tema ha sido una constante en mi vida, he tomado decisiones en base a la libertad, he dejado acciones que me alejan de la libertad, he viajado en su búsqueda y fue en mi regreso cuando finalmente supe comprender de que va la libertad.
La libertad es un estado del ser independiente del lugar, circunstancias, acciones y personas. Es un cómo te sientes, es una decisión que se toma, no depende de nada más, es algo que te pertenece.
En mi caso experimentaba la sensación de libertad cuando viajaba, cuando me alejaba de lo que consideraba me quitaba la libertad, así que cuando me tocaba regresar perdía la sensación de libertad. Lo que descubrí recientemente es que no era el lugar, ni lo que dejaba atrás lo que me hacía libre, era una sensación que me permitía sentir cuando me iba de la cotidianidad.
Ahora entiendo que está en mí sentir y vivir la libertad, sin importar las circunstancias o personas que intentan hacerse de tu libertad. Ese poder te pertenece, es un estado mental.